Lo celebramos en El Pendolero (una finca preciosa cerca  de Torrelodones). El cocktail fue al aire libre mientras nos hacíamos las fotos con los invitados. El jardín estaba precioso, con unas vistas de Madrid y el monte de El Pardo impresionantes; muchos de los invitados nos comentaron lo bonito que era el sitio. Comimos en la carpa – la comida estaba buenísima, aunque mi marido - el pobre - de los nervios que había pasado no pudo comer nada. Pusimos una cámara en cada mesa y los invitados se hicieron un montón de fotos (que ganas de revelarlas!!).  Fue un día inolvidable…  Que pena que solo sea una vez!!! …